martes, 22 de febrero de 2011


"No pretendo ser un experto en la definición de qué es arte y qué no lo es, pero sé que si nos fijamos en las diferencias entre el arte y el diseño se verá una línea muy clara entre los dos.
Si a un ingeniero le das las coordenadas exactas para colocar píxeles de colores diferentes en lugares específicos, puede llegar a hacer un anuncio o una web increíbles simplemente siguiendo las instrucciones.
A un artista, en cambio, nunca se le podrían dar instrucciones específicas en la creación de una nueva obra que ya de por sí es caótica y única porque su alma y sus emociones están dictando el movimiento de sus manos."




El buen arte inspira. El buen diseño motiva
Normalmente, el proceso de creación de una obra de arte se inicia desde la nada, un lienzo en blanco. Una obra de arte surge de una visión, una opinión o un sentimiento que el artista tiene dentro de sí mismo.
Por el contrario, cuando un diseñador se propone crear una nueva pieza, casi siempre tienen un punto fijo de partida, un mensaje, una imagen, una idea o una acción. El trabajo del diseñador no es inventar algo nuevo, sino comunicar algo que ya existe con un fin.



El buen arte se interpreta. El buen diseño se comprende.
Un artista se propone expresar una emoción sin que esta tenga por qué tener un significado único. El arte conecta con la gente de diferentes maneras, porque este abarca infinitas interpretaciones subjetivas de cada individuo.
En cambio, el propósito fundamental del diseño es comunicar un mensaje y motivar al espectador a hacer algo.



El buen arte se rige por el gusto. El buen diseño es una opinión.
El diseño tiene un elemento de gusto, pero la diferencia entre el mal diseño y el buen diseño es en gran medida una cuestión de opinión. Un buen diseño puede llegar a tener éxito incluso si éste no es completamente de nuestro agrado. Si logra su objetivo de ser entendido y motiva a la gente a hacer algo, entonces el que sea bueno o no depende de la opinión.



El buen arte es talento. El buen diseño es habilidad.
A menudo el artista posee habilidad natural, desde pequeño crece dibujando, pintando, esculpiendo y desarrollando sus habilidades. No obstante, el verdadero valor del artista reside en el talento con el que nace. Aquí existen ciertas coincidencias: los buenos artistas tienen la habilidad, pero si ésta no va acompañada del talento entonces no tiene valor ninguno.
El diseño, sin embargo, es en realidad una habilidad que se enseña y se aprende. Uno no ha de ser un gran artista para ser un gran diseñador, solo has de ser capaz de alcanzar los objetivos propuestos. Algunos de los diseñadores más respetados son conocidos por su estilo minimalista, no usan muchos colores ni texturas, sino que prestan mucha más atención a tamaño, posición, distancia… parámetros que se pueden aprender sin talento innato.



El buen arte envía un mensaje diferente a cada uno. El buen diseño envía el mismo mensaje a todos.
Muchos diseñadores se consideran artistas porque crean algo visualmente atractivo, algo que la gente estaría orgullosa de admirar colgado en una pared. No obstante, el diseñador intenta comunicar un mensaje particular, en principio sin importar si es hermoso o no, no es arte.
Pocos artistas se llaman a sí mismos diseñadores; los artistas no crean para vender un producto, lo hacen únicamente como medio de expresión de modo que pueda ser visto, sentido y apreciado por el resto de la gente.
El mensaje, si puede llamarse así, no es un hecho sino un sentimiento.

5 comentarios:

  1. Para mi el arte y el diseño muchas veces se confunden, no considero en una separación tan fuerte. El arte produce en mi cualquier tipo de sentimiento, el diseño no, el diseño sólo comodidad. Hay muchas veces que, para mi, un diseño es arte. Supongo que todo este tema es muy subjetivo. Gran entrada, puede dar mucho de si.

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